Explorando ventajas y desventajas de digital y clásico en pinto alla prima

Pintar ‘alla prima’ es una técnica de pintar que se caracteriza por la aplicación directa de la pintura sobre el lienzo, sin la intervención de un dibujo previo que guíe la imagen. Esta aproximación se basa en la espontaneidad y la inmediatez de la creación artística, donde el artista modela las figuras y las formas mediante pinceladas de color en lo que se conoce como: húmedo sobre húmedo. La técnica permite que los colores se mezclen directamente en la superficie, creando un efecto vibrante y dinámico que no podría lograrse con enfoques más tradicionales. Casi siempre el trabajo se concluye en una sola sesión, razón por la cual se llama “a la prima” en italiano, aunque esa sesión puede extenderse a varias horas, exigiendo al artista un enfoque concentrado y una sensibilidad especial para capturar la esencia del sujeto en ese corto período de tiempo. Esta forma de pintar no solo pone a prueba las habilidades del artista, sino que también promueve una conexión emocional más profunda con la obra y el proceso creativo, lo que la convierte en una práctica valorada entre muchos pintores contemporáneos y clásicos por igual.

Además, permite la expresión de las pinceladas del pintor y, como la obra y el pintor están viviendo en tiempo “online”, la expresión de las pinceladas es muy honesta respecto al tema y cómo el pintor se va sintiendo respecto a la obra. En este sentido, cada trazo se convierte en un reflejo íntimo de las emociones y pensamientos del artista en ese instante particular, convirtiendo la pintura en un diálogo continuo entre el artista y el lienzo. Esta interacción directa no solo resalta la materialidad de la pintura, sino que también desafía las nociones de perfección y autoría, invitando a la audiencia a experimentar la obra como un momento fugaz de creatividad espontánea, en el que cada decisión puede alterar radicalmente el resultado final. Así, el ‘alla prima’ se establece como un testimonio vívido de la experiencia emocional del pintor, capturada en un marco temporal que es tanto efímero como eterno.

Este bodegón que les estoy compartiendo lo pinté hace muchos años con PROCREATE, una herramienta que ha revolucionado la forma de crear arte en el ámbito digital, al estilo “alla prima”. Pintar digitalmente o hacerlo en el lienzo solo cambia en cuanto a la técnica y los errores que se pueden corregir. En el entorno digital, uno simplemente da dos dedos y ya está, lo que hace que el proceso sea mucho más eficiente y menos frustrante. En cambio, cuando se trabaja con un lienzo tradicional, a veces se pueden pasar más de una semana haciendo cambios para borrar un error, dependiendo de la complejidad de la obra. Esta diferencia es crucial, ya que influye en el flujo creativo del artista. Además, hay otro aspecto que no se puede pasar por alto: los olores. Al trabajar digitalmente, se elimina el característico olor a aceite y otras cosas propias de un taller artístico que pueden ser tan intensos que a veces distraen, permitiendo que el artista se enfoque completamente en el proceso creativo sin las distracciones sensoriales del medio tradicional. Así, aunque ambos métodos tienen su encanto, la modernidad del arte digital ofrece una serie de ventajas que los artistas contemporáneos encuentran irresistibles.

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